






A mitad de mayo de este 2022, volvió a funcionar luego de una renovación, el mejor aeropuerto de Palermo, con un diseño impresionante. Sí, el mismo bar que tuvo fama desde el mismo momento que una gigantesca grúa estacionó en la calle Cabello y Scalabrini Ortiz para subir un pequeño avión hasta la terraza, haciéndose eco algunos portales además de los vecinos que miraban impávidos la escena controlada por ingenieros.
Ahí fue la hora de los periodistas que NO chequean ni les interesa la rigurosidad, publicando varias inexactitudes como que el avión había combatido en la 2da Guerra Mundial (aquí) (y aquí), o que el lugar era propiedad del polémico chef Dante Liporace (aquí), o que es un speakeasy (bar escondido). La menos inexacta fue: “es igual a tomar un café en un avión” (aquí). Liporace hizo la carta de comidas nomás, el avión no fue de combate, y el bar es increíble! Nada mejor que haber ido y entrevistado a sus dueños para después comunicarlo con información verídica.





A VOLAR!
En el fondo de una linda y espaciosa cafetería de las modernas, llamada Tostado, un pequeño mostrador permite a una “azafata” a realizar el «check in» a cada “pasajero”. A un par de metros, el ascensor iluminado de azul intenso sube un piso, para abrir las puertas en un «free shop» de botellas de whisky y demás, siendo la 2da “sorpresa” para quien los visita por vez 1ra. Atravesando ese reducido pasillo, unos pocos escalones llevan a un vértice del salón, donde hacia la izquierda una barra ocupa buena parte de la locación.
Siguiendo al fondo, parece custodiar otra barra menor pero destinada a sushis. De ahí se sale a la terraza, que brillantemente emula una pista de despegue, muy bien lograda con detalles sorprendentes en objetos que logran una casi perfecta ambientación.

LOS COMANDANTES Y EL AVIÓN
De la mano de Patricio Farina, dueño de Espacio Bebidas, fuimos a conocer este fantástico “aeropuerto”, siendo muy bien recibidos por 2 de sus dueños, los gastronómicos SERGIO LEBORÁN y Juan Manuel Piñeiro (sin ninguna relación previa con Bar and Drinks), quienes junto a Juan Manuel Abdala, gestaron la loca idea loca de poner una avioneta bimotor en una terraza como disparador para un bar. Ellos encontraron un local en una excelente ubicación en el barrio de Palermo, enfrente del Parque Las Heras, y aunque pensaban usar solo la planta baja para una cafetería, el potencial de la terraza los atraía.









Negroni en mano para todos, Leborán nos comentó: “Nosotros consideramos que uno de los momentos más felices para cualquier persona, es pasar por un aeropuerto. Como bien vos dijiste, es aspiracional ! Así que nos encantó la idea de armar uno, pasando por sus diferentes estadios: desde que una azafata te reciba en un check-in y te ofrezca subir por ascensor o escalera, hasta un free shop convenido con diferentes marcas y productos. Para después encontrarte con un avión y una cabina, para que puedas sentarte y vivir una experiencia única en Bs As.”
Supieron de un pequeño bimotor de la década del ’50 arrumbado en el galpón de un coleccionista, y de los cuales se creen que llegaron sólo 5 a la Argentina. No lo pensaron dos veces, lo compraron en 5000 u$s y empezaron a pensar como subirlo a esa terraza. Pero ya era la inspiración de toda la arquitectura, diseño, ambientación y servicios del local.
De las primeras cuestiones que los dueños nos aclararon fue el origen del avión, que es como hablar del origen del bar en este caso. “El avión matricula LIMA VICTOR FOXTROT JULIA WHISKY, es un Super Aero 45, llegó al país en 1956 desde Checoslovaquia (hoy República Checa), vía marítima embalado en una caja. Lo importó SKODA (reconocida empresa checa de automóviles). Lo tuvo el Aeródromo de Don Torcuato, hasta que en 1961 se vende y llega a Bahía Blanca. En 1968 dejó de volar”. Luego Sergio prosiguió: “Antes de traerlo se restauraron ciertas piezas para poder dejarlo como está hoy. Se hizo una limpieza de pintura, dejando el avión al metal natural, después se lo pintó, y se reconstruyeron las hélices, ruedas y faro delantero. Todos los detalles del avión en esta nota que me hizo un historiador. Muy interesante”.
EMBARQUE A CABINA
Más allá de algunos detalles muy bien logrados en los 300 m2 con cartelería propia de aeropuertos de antaño, tienen un letrero vintage con 4 relojes grandes indicando horarios de conocidos aeropuertos del mundo, aunque lo que realmente más sorprende es otra cosa. Bajo diseño integral del arquitecto Alejandro Peirano (mismo de Uptown bar) y el director creativo Leo Krappa, al fondo y a la izquierda del salón, a un costado de la barra de sushi, un pequeño cortinado abre a una salida que emula con enorme precisión una cabina de avión con sillones de primera clase y asientos de turistas. Además las ventanas simulan las de las cabinas de los aviones de línea, de modo muy fiel como si se estuviera en pleno vuelo. Puede ser utilizada para cenas privadas (hasta 6 personas), o para tomar cócteles. Podría funcionar como salón VIP, aunque nadie que vaya al bar se pierde de entrar y sacarse unas fotos.









COMIDA DE AVIÓN O DE BAR?
Como típica comida de avión, los dueños imaginaron una carta ágil, contemporánea, inspirada en las clases ejecutivas de las aerolíneas. Para ello, contrataron eventualmente al mencionado chef consultor Dante Liporace (Uptown, Molusca y dueño de Mercado de Liniers), y por otro lado a Ramiro Ferreri para la carta de tragos.
La verdad que con una barra especial de sushi, era obvia la elección, apuntando a probar varios tipos de Rolls y Niguiris todos muy sabrosos, que acertadamente vienen propuestos en la carta como “Combinados Airport”. Aunque en carta se aprecian opciones tentadoras, variadas, divididas en platitos, platos y 3 postres.
Como si fuera casi un ritual, empezaron trayendo el platito de anchoas, tomate, queso manchego, olivas verdes y negras con una perfecta combinación mediterránea. Al lado, el platito de langostinos, bien tiernos con puré de limón.
Otras opciones entre las “Entradas” son la Tabla de quesos con embutidos de estilo italiano; el Carpaccio con rúcula, queso, pistacho y alioli; la Burrata con pesto, aceitunas marinadas y jamón; y el Salmón ahumado con ricota cítrica y brotes;. Aparte ofrece la carta 3 Ensaladas.
En la sección “Platos” hay opciones como la Hamburguesa Airport, generosa de tapa de cuadril (picaña), panceta crocante, queso cheddar, ketchup oriental y alioli de wasabi; el Risotto de hongos; la Milanesa de lomo y pasta fresca con manteca y queso (con la opción de pesto); los Raviolones de calabaza con manteca y salvia; y el Salmón rosado con rúcula y queso manchego.
En tanto, los 3 Postres son: Torta de chocolate con helado de pistacho; Cheesecake con frutos rojos, y el Helado de chocolate «intenso» y de pistacho.


COCTELERÍA CARRETEANDO
Los 8 tragos del consultor Ramiro Ferreri –conocido por sus barras móviles RF-, estaban inspirados en las ciudades más elegidas del mundo para viajar. Preparados por la actual jefa de barra Belu Magadán, probamos el Tokyo (con Gin, té verde, jengibre, jugo de pepino, lima, té matcha y wasabi), que fue el más rico de todos los catados.
Luego probamos el París (con Cognac, aperitivo francés Lillet, Aperol, néctar de saúco, jugo de lima, jugo de pomelo y almíbar); y el Hong Kong (gin, almíbar de lemongrass, jugo de lima y top de soda).
Aparte estaban el Londres (gin, solución cítrica, jugo de uva, cassis y licor marrachino); el Moscú (vodka, solución cítrica y cordial de frambuesas); el Buenos Aires (gin, yerba mate y lima); el Cancún (con tequila y mezcal por supuesto), y el New York.
El perfil de los tragos es bastante light, apto todo paladar, debiendo mejorar muchisímo la cristalería y agregando opciones con whiskies, rones, más vermouths y coctelería para consumidores más conocedores.
La carta de vinos es muy acotada, unas pocas bodegas, pero los precios son accesibles.
Sin ser un speakeasy propiamente dicho, Airport ofrece una experiencia diferente en línea con las grandes aperturas que Buenos Aires viene ofreciendo los últimos años. Así como Uptown, basado en una estación de subte, este local con un concepto inspirador similar, que define y sostiene su diseño, decoración, arquitectura y propuesta gastronómica, es un claro candidato a ganar el Premio a Mejor Apertura de bar en Argentina 2022 por los #BarAndDrinksAwards.

AIRPORT BAR
CABELLO 3601, PALERMO, CABA.
Horarios: Martes a jueves de 18 a 1AM. Viernes y sábados de 18.30 a 3AM.
Instagram: @airport.palermo