
Viviendo en Belgrano hace más de una década, siempre resulta raro que este tradicional y amplio barrio no tenga bares cocteleros de calidad. Solo hace unos años, con la moda empezaron a aparecer algunas cervecerías sin brillo, pero aisladas, lejos de ocupar la densidad que tiene la gastronomía en Palermo por ejemplo. Saliendo de Palermo que está abarrotadísimo de locales gastronómicos, entre Colegiales, Belgrano, Núñez, Saavedra, Villa Urquiza y Coghlan, es decir, una amplia zona norte de la Ciudad A. de Buenos Aires, prácticamente los cocktails-bars no existen (salvo alguna que otra excepción, como Luzmala en la calle Arcos). Por todo esto, la aparición de Malasangre es más que una buena noticia para la ciudad y mucho más para los vecinos.
Donde por bastante tiempo estuvo una parrilla tipo bodegón sin mayor nivel, en una esquina de Dr. P. Ignacio Rivera y la Av. Cramer al 2700 cuando se hace angosta a un par de cuadras de Av. Monroe, en septiembre de 2021 se inauguró Malasagre. El productor teatral Eduardo Demaestri (The Performers) y el empresario gastronómico Guillermo Sznajder (Jimmy.b, San Isidro), lo pensaron en pandemia observando como tantos emprendedores, la naciente necesidad del público de juntarse a cielo abierto y disfrutar del buen beber y comer además de encontrarse. Pero pensaron –muy acertadamente- en un perfil muy interesante que combina tapas a la española con Alta Coctelería, más allá del nombre remitiendo a la emoción común de la gente bajo pandemia, sobre todo los profesionales de la gastronomía y el teatro como los dueños.











Convocados por el head bartender Ramiro Monteagudo (ex Hotel Madero, El Purgatorio, etc.), fuimos a descubrir este bar y desde la entrada todo fue sorpresa. Una esquina con grandes aberturas integrando el interior con la vereda, con el acierto de haber puesto el piso del interior con las mismas baldosas del exterior, dando una linda sensación de continuidad y de estar en la calle pero dentro del local. Sencillez y comunión entre interior y exterior, con una barra protagonista que parece salirse, conforman la propuesta de Malasangre. La vereda con amplitud y deck sobre la misma calle, estaba repleta de gente disfrutando.
El que pensó el diseño se lleva los primeros y más sonoros aplausos. Pop ups artísticos más una excelente iluminación del frente de bar, estantes largos y amplios para todo tipo de bebidas, confirman un combo pocas veces vista aunque la ciudad cuente con centenares de bares. A simple vista se aprecia la variedad inusual de etiquetas que luce, totalmente atípico para un bar nuevo. Tenían casi todas las bebidas que se consiguen en el país legalmente. Pese a ello, buscan que el vermut sea la estrella conceptual, a través de productos con marca propia elaborado por un productor artesanal de vermouths, fernet y Gin.





TAPEO CON ALTA COCTELERÍA
El menú propuesto por Walter García Díaz está conformado por unas 15 Tapas de alta cocina. Servidos en platitos de acero inoxidable al estilo Madrid, probamos varios: el Lomo Tonnato con salsa toné y alcaparras; la Provoleta a la chapa con chutney de tomates y pesto de albahaca; Hummus De Berenjena Ahumada (Pasta de berenjena con tahini, cherrys, oliva y pan tostado); Milanesa con Papas y Huevo (Milanesa de lomo empanada en panko y cereales, con papas tres cocciones y huevo a la plancha); y la Tortilla de papa con alioli de ajos asados y pimentón ahumado. No solo estaba muy rico el tapeo, sino que lo más interesante es más allá que se pueda encontrar en cualquier bodegón porteño, la combinación con tragos de autor en fina cristalería y en un entorno moderno, lo hace casi único.


En cuanto al equipo de barra de Malasangre, además de Ramiro Monteagudo al comando, lo secundan Nicolás Carreira (ex Sede Whisky y Sifón Sodería), Anna Anzoátegui y Ele, con Florencia Rolán de gerenta encargada. Ellos atiendan la gran barra en L, elaborando la propuesta basada en 16 cócteles de autor (todos de Ramiro) que renovarán cada 6 meses y 45 clásicos internacionales. De los primeros probamos varios: Deseo (Malasangre Mítico, bitter rojo Campari, Bitter Malasangre, Co2, en vaso Old Fashioned); Cromático (Aperol, cordial de lima, yogurt de durazno, espumoso, en copón de vidrio con cubo de hielo); Fervor (Amaro Averna, Fernet Branca, frambuesa gastrique y agua tónica, en copón de vidrio); y por último el Extravagancia (Whiskey Americano, Punt E’ Mes, banana, limón, malta, crocante de cebada). Todos muy bien presentados, balanceados y exquisitos.

Pero como Vermú bar o Vermutería, no podían dejar de tener una propuesta basada en esa bebida. Bajo marca propia, el rosso y el blanco de Malasangre lo usan para la mayoría de cocteles, pero aparte tienen una carta extensísima –seguro la más amplia de vermouths de todo el país-, con todas las etiquetas que puedan conseguirse en Argentina y alguna que otra rareza.




Todo el menú se puede ver aquí con un click.
Los precios son justos y el servicio sin fisura alguna. Malasagra es sin dudas un bar para descubrir y volver, ya que una visita no alcanza para disfrutarlo en todas sus aristas. Es que ahora Belgrano, sí tiene un bar como Dios manda.
Malasangre Bar
Av. Cramer 2704, Belgrano – CABA Bs.As.
IG: @malasangre.bar
